Té verde y el desarrollo de fármacos
Un compuesto encontrado en el té verde se presenta como una alternativa para el desarrollo de fármacos para el tratamiento de dos tipos de tumores y una enfermedad congénita mortal, según una investigación del Hospital de Niños de Philadelphia (Estados Unidos) cuyos hallazgos se han publicado en ‘The Journal of Biological Chemistry’.
El glutamato deshidrogenasa (GDH) se encuentra en todos los organismos vivos y es responsable de la digestión de los aminoácidos. En los animales, el GDH está controlado por una compleja red de metabolitos. Durante décadas, no ha estado claro por qué los animales requieren dicha regulación y otros reinos no, pero el grupo de Stanley descubrió que una enfermedad congénita letal, el hiperinsulinismo / hiperamonemia (HHS), es causada por la pérdida de algunos elementos de este reglamento. En este trastorno, los pacientes (generalmente niños) responden al consumo de proteínas por la secreción de insulina, convirtiéndose en hipoglicémicos e incluso llegando a morir.
Utilizando estructuras atómicas para entender las diferencias entre animales y plantas, el doctor Thomas Smith, del Donald Danforth Plant Science Center, y sus compañeros de investigación descubrieron que dos compuestos que se encuentran naturalmente en el té verde son capaces de compensar este trastorno genético desconectando el GDH y administrando los compuestos del té verde por vía oral.
El laboratorio de Smith también utiliza la cristalografía de rayos X para determinar la estructura atómica de los compuestos del té verde. Con esta información atómica, esperan ser capaces de modificar estos compuestos naturales para diseñar y desarrollar mejores medicamentos.
Dos grupos de investigación han validado y ampliado estos hallazgos que demuestran que el bloqueo de GDH con el té verde es muy eficaz para acabar con dos tipos diferentes de tumores. De un lado, los glioblastomas, un tipo agresivo de tumor cerebral, y, por otro lado, el desorden complejo de esclerosis tuberosa, una enfermedad genética que causa tumores no malignos en varios órganos.
“A pesar de que estos compuestos del té verde son extremadamente seguros y consumidos por millones de personas cada día, tienen una serie de propiedades que los hacen difíciles de usar como medicamentos actuales. Sin embargo, -explica Smith- la continua colaboración con el laboratorio de Stanley muestra que son compuestos naturales de origen vegetal que pueden controlar esta enfermedad mortal y, con la estructura atómica en la mano, se puede utilizar como punto de partida para el diseño de más fármacos”, concluye el experto.